Hay gente que simplemente no puede dormir sin estar tapado con una manta, sábana o similar, es decir, necesitan acurrucarse para descansar, y si no tienes a alguien que lo haga, estas pueden ser una buena opción.
Aunque pueda parecer una tontería, la realidad es que taparte con cierto tipo de mantas puede llegar a reducir el estrés e incluso luchar contra el insomnio en muchas situaciones, sobre todo en invierno, ya que en verano puede que te ases de calor.
Concretamente, está demostrado que las mantas pesadas pueden ser las más eficaces en estas situaciones, mejorando la calidad del sueño independientemente de la edad de la persona, según publica el medio eldiario.es
La explicación reside en que existe una conexión probada entre el estado de calma o excitación del cerebro y el sentido del tacto y la presión.
Al ejercer presión sobre terminadas partes del cuerpo, el estrés se reduce debido a que esta acción aumenta los niveles de dopamina y serotonina, aquellas encargadas de mejorar tu estado de ánimo y, a su vez, reduce el cortisol, la hormona del estrés.
Las mantas pesadas tienden a estar rellenas de pequeñas bolitas de cristal o plástico, lo que les permite llegar a tener un peso que gira en torno a los 4 y 12 kilos, aunque lo ideal es que la manta pese
unos 7 kg o el 13% de tu peso corporal total, para que no resulte incómoda.
Son varios los estudios que han confirmado estas teorías. Uno en concreto estudió el insomnio y las fases de sueño de personas que dormían con mantas y encontró que aquellos que utilizaban mantas pesadas se movían menos durmiendo y que la duración de cada fase del sueño era mayor.
También hay indicios que demuestran que es capaz de mejorar su capacidad de atención durante el día.
En términos de ansiedad, un estudio midió la ansiedad de varios participantes a nivel médico, es decir, en términos de presión arterial y frecuencia cardíaca, pero también haciéndoles preguntas sobre su estado de ánimo.
Los resultados reflejaron que 2 de cada 3 voluntarios vieron reducida su ansiedad tras utilizar una manta lastrada.
